Un viaje de mil años comienza con un paso
 semejante a una danza, solo un paso a la vez.
 Así baila la vida con triunfos y fracasos
 sin dejar de luchar, sin los sueños perder.

 Un viaje de mil años comienza con un paso,
 solamente es un paso donde puedes andar,
 construyendo experiencias, felicidad y ocaso,
 pero nunca dejando a los sueños pasar.

 Semejante a una danza sólo un paso a la vez
 cada día que vivimos tiene su propio afán;
 así jamás el mundo se hundirá a vuestros pies,
 recordando al Mesías con el vino y el pan.

 Así baila la vida con triunfos y fracasos
 con risas y con llantos en un mar de ilusión,
 y la oración del justo disipará el ocaso
 avivando la llama de ser hijos de Dios.

 Sin dejar de luchar, sin los sueños perder
 vivimos en un péndulo de lágrimas y risas,
 contemplando crepúsculos en el atardecer
 y llorando las horas que marchitan la vida.

 ¡Un viaje de mil años comienza con un paso!




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